25 ene 2012

Él, quien ya no esta.

Él hubiese deseado -en un momento como este- que siguiese con mi cabeza en alto, que no me rindiese. Más yo me pregunto por qué él no lo hizo, por qué se rindió o simplemente por qué me abandono.

No busco preguntas sin respuesta, no busco respuestas tampoco, solo busco una inútil explicación.

No es que desee lo contrario, no es que desee caer igual que él, simplemente pregunto –como mil veces lo he hecho- si él hizo lo correcto o simplemente cometió el error más grande de su vida.

No lo sé, dudo saber en algún momento. Que tanto da el saber algo que no solucionará nada, que no me lo traerá devuelta, que no borrara las sonrisas ni los llantos, que simplemente quedara en la nada.

Porque un nuevo año, porque otra vez comenzare sin él. Y no busco recordarlo o pensar en él pero simplemente sucede, la vida trae lo que uno no desea, quizás por eso él ser humano es tan terco y a la vez tan fuerte.

No busco expresarme, no busco consuelo, no busco nada solo espero, espero una oportunidad, espero una razón, espero que los recuerdos no me atormenten, espero y espero sin más.

Hoy entre tanto lamento, me di cuenta de lo inconsciente y quizás inocente que fui, no supe nada, no supe sus razones, no supe nada porque así lo desee. Inocente quizás, inconsciente lo es.

Solo una despedida hasta aquella fecha, otro vez, me despediré sin oír tu voz, sin oír tu “nos es adiós ni chau, es nos vemos”, otra vez y otra más lo hago, espero escucharlo en la soledad, espero oír aquellas mágicas palabras que sé que no oiré jamás.

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