Me gustaría gritar para escapar de este infierno en el cual me he
sometido pero no puedo hacerlo, mi voz esta ahogada en un lamento de
memorias que no volverán. Ni una lagrima, ni un millón de ellas podrán
purificar mi alma perdida, que poco a poco oscura se ha vuelto.
No
es que no lo haya querido ver, no es que haya deseado esto, simplemente
sucedió. He maldecido mi propia existencia con aquellas insignificantes
palabras que tú has oído, y no es que las haya querido decir solo
salieron sin control de mi. Como siempre mi vida se ha basado en una
mentira interminable, como era de esperarse me ha consumido
completamente.
Y no espero la salvación, y no espero poder gritar
y salir de aquí, solo espero tu perdón. Y no es como si sin él no
pudiese vivir, puedo hacerlo pero no quiero, el peso que acumula en mis
hombros es demasiado y ya no podré continuar a este paso.
Más no
es cierto, más nuevamente he mentido, solo porque así me siento bien. La
fantasía que me rodea se vuelve un dulce afrodisiaco que me consume
lentamente, y no puedo dejarlo y no deseo hacerlo.
Como si
fueses un fantasma, como si ellos también lo fuesen, todos me persiguen
en mi nulo andar, que sin pasos y sin camino sigo en el cual el guía ha
huido por cobardía, y no es de esperarse menos, yo lo haría, si
pudiese.
Y ahora observo, observo y lamento, veo como cada pieza
cae lentamente, las cartas se rompen en millones de pedazos y los peones
lentamente se van hundiendo en la eternidad. Y como si hubiese perdido
todo sucede, más no podré huir de mi destino.
Y nuevamente gritaré sin gritar, soñaré sin soñar, viviré sin vivir y moriré muriendo.
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